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Aves enjauladas como personas oprimidas


“Si quieres cambio verdadero
Pues, camina distinto”
Calle 13


Radio-pasillo rumora: por debajo del agua: la desilusión existencial es para los que creen que pueden mantener un pájaro en una jaula (no importa si ésta es de paja o de oro).

Sales al aire, dejas tu cárcel ceniza y la atracción es ineludible, pon atención, oye esos cuchicheos: ella en las nubes, ligereza al vuelo, gracia pura. Contrastan sus colores tierra con el mar etéreo, cambia de aires sin torpezas, sortea dificultades danzando con fuerza. Confronta al viento tornándose su amiga para flotar al unísono, evocando sonidos de libertad.

La tentación que te surge de mantener lo inasible deviene del deseado placer de lo privado. No se vuelve una experiencia única hasta que restringes el acceso, no cualquiera puede, crees que tú si. Acotas no sólo su libertad sino el disfrute de los demás al verla, te regocijas en la idea de “tener es ser” y no quieres que nadie más “sea”. Te sientes superior en una opresión doble: despojas al otro de la posibilidad de participar en una exposición ilimitada y casual de ver, y además puedes controlar sus movimientos, dado el espacio de reclusión lo observas todo.

Radio-pasillo sugiere: lo que lleva a la constante desilusión del hombre es creer que existen las certezas, las permanencias y las pertenencias.

Atención a las intromisiones: llegas con la superioridad característica del ser humano contemporáneo, atiendes a que tienes el derecho de incidir, de alterar ese transcurrir tranquilo sin importar las consecuencias porque no interesan a tus fines inmediatos. Si acaso justificas tu acción, crees que tú salvas al indefenso del mundo de las bestias, de una muerte rápida (eres héroe chueco). Cierto, tal vez prolongues su vida pero dada la evidencia de que ésta se acaba ¿qué más da prolongarla? ¿bajo qué condiciones?.

La quieres tener pero más fácil que cazar es comprar, sentir el poder del bolsillo, claro, para qué la extraes si puedes pagar para que alguien se manche las manos por ti. Así hallas que el delito no existe, que sólo los beneficios llegan, que el otro es el culpable, que gracias a ti ese otro come, que le haces un favor (tú eres el bueno).

Adquieres melodías por la mañana para intuirte en campo abierto porque al abrir los ojos sólo costras de concreto encuentras. Tu único contacto con lo vivo está preso, eso también lo olvidas porque tratas de volar en su mente, de contagiarte de esos colores que antes lucían tan vivos y ahora, cada vez más, se salpican de la mísera ciudad.

De cierto no tienes nada, puede que arranques al ave de su naturalidad para sentirte libre. Tú también puedes volar pero necesitas observar el mecanismo y que mejor en vuelo controlado de ave enjaulada. Ella estira sus alas y e intentas extender tus brazos, alza el cuello y volteas al sol, pero te deslumbras.

Radio-pasillo lo sabe: La libertad no está en una sola acción y menos si es opresora, más bien es constancia de pensamiento, sentimiento y actuación dirigidas al ennoblecimiento humano.

No das cuenta: la tienes sólo para ti y los tuyos pero esa ave no está contigo, sigue en el aire viviendo sus caídas-alzamientos. No está contigo, ella trata de olvidarse encerrada, trina añorando al exterior y muere sabiéndose incapaz. “Pero los pájaros no pueden ser enjaulados/porque ellos son del cielo/ellos son del aire/y su amor es demasiado grande/para cortarlo”. Así lo rumores no se refieren sólo a la muerte lenta de alguien cuando se le obliga a mantenerse en una posición no deseada, porque la muerte libera y contener un cuerpo no implica tener al ser.

Pero esto ni lo entiendes ni te interesa. La humanidad, el concepto de lo que debe de ser el humano, se tira a tus pies siendo tu cotidiano el que lo aplasta. Ni siquiera te burlas porque no puedes concebir ningún mal, estás en tu derecho de joder al otro, por supuesto no notas que jodes, más bien enalteces tu superioridad no sólo como raza sino ante los de tu calaña.

El vacío que te lleva a la dominación del otro es comprensible en este contexto de tragar rápido para desechar, para sentirte vivo al deglutir esperanzas y vidas y procesos y formas y amores y pensamientos. Comprensible si aunque aceptable no debería ser.

¿No será que lo haces para demostrar que tú también podrás pervivir?, ¿que intentas controlar tu miedo emergido por la fragilidad de la existencia?. Es eso, te mueres de miedo y no lo aceptas, no existen las certezas, escúchame y reacciona (“abre los ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida”).

Radio-pasillo habla: -¿Y si incides y en vez de impedir el vuelo, vuelas?-

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