Ir al contenido principal

Militares invaden el Centro Histórico del Defectuoso...

La estación Bellas Artes cerrada, bajé en Allende. A la salida tres colores sobresalía y dos tipos de sujetos. De amarillo jóvenes de la UACM, voluntarios en la Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales, guiando a extranjeros. De negro y verde, hombres. Sólo “seguridad” decía en lo que parecían uniformes de negro, sin ningún otro tipo de identificación. El verde era el más poblado, acompañado de escopetas y pistolas que en grupos custodiaban todo. –¡Maldición!- pensé. Seguí caminando, el amarillo disminuía y el verde invadía más campo visual mientras mi cuerpo enflaquecía. -¿Por qué están aquí? Fue ayer que abrieron Bellas Artes, no hoy, ¿qué sucede?- pensaba más rápido en tanto me intimidaban los ojos verdes y sus armas. Ya en el palacio citado me acerqué a un grupo de casi 7 militares. Como gato a solicitar cariño intervine –Buenos días, disculpen, ¿por qué hay tanto militar?-, sin embargo se despertaron miradas incómodas y silencios, los cuerpos se apartaron unos centímetros de mi. Al unísono voltearon a ver al más alto que difería un poco en el uniforme, supuse que era su superior. Este sujeto con voz resonante -¿Cómo?-, sonreí tiernamente y volví a preguntar: -¿Qué por qué hay tanto militar?-, -Ah, por el desfile… para proteger a la sociedad civil-, -mmm, gracias- decía mientras el rojo se alojaba en mi cabeza. Me aparté seguida por su desconfianza. ¡Claro, el desfile!, hoy es 20 de noviembre, ¡el centenario!, se me había olvidado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Proemio, pinturas de transición

 

José monólogo

Labios higos con dulce de leche, labios chocolate derretido, labios azucena y miel, tan públicos, tan públicos y poco míos. Y esos ojos con ausencia de mí, tan almendra negra que vela a las almas tristes. Mi cuerpo extraña tu abrazo, ese contacto suave y firme de suspiros profundos. La cobardía me cubre casi en la totalidad, solo mis dedos, que escriben este texto, han quedado desprotegidos y se sublevan, pero qué pueden hacer esos pequeños frágiles que se entumen todas las mañanas. Te hubiese gustado estar aquí, la nostalgia bajó hoy por las montañas en forma de neblina y nos cubrió a todos. No alcanzo a ver nada a mi paso, solo luces borrosas en una calle trémula e indiferente. Me imagino que hoy es luna llena y tú no la verás, preferirás quedarte en casa porque escuchaste que en noches de luna llena la bestia se apodera de todos y los índices de crímenes y accidentes aumentan. Te gusta creer tonterías y entonces no estarás caminando bajo la misma luna por la que apenas si a...

E agora José?

A propósito do poema de Carlos Drummond de Andrade José acorda e fica na cama, minutos, sem pensar em nada, horas, com a mente detida num ponto branco, anos que se esgotam exigindo o início, uma segunda oportunidade, para remendar os erros, embora os fios acabaram. Existe a certeza de que esse corpo tem vida pelo movimento quase imperceptível do seu peito. Se não fosse pela fome, sintoma subtil de quem ainda quer andar, seria como um dos imortais de Borges: Seria como aquele inextinguível que fica deitado no chão sem se mover, sem se importar com a chuva, com o frio ou com o calor; como aquele eterno que permanece com um ninho no ventre, com a pele cinzenta, sem falar, tentando esquecer a vida. Só pela exigência do corpo, forte fome, é que se põe de pé, vagarosamente, e volta a caminhar. Na rua, as pessoas olham para ele com pena. Às suas costas o rumo dos homens o trata por perdedor, vencido, e é o que ele é. Antes, há séculos, todas as mulheres o admiravam, gostavam do brilho no...